La vendetta en Mani

Los maniotas utilizan la palabra «gdikiomos» para referirse a la venganza o vendetta. Estos actos vengativos, las vendettas, eran una fenómeno social bastante extendido y complejo.

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La palabra «vendetta» procede del italiano, y llegó a Mani en el siglo XX. La palabra tradicional para referirse a estos actos de venganza era «gdikiomós», una forma dialectal de «dikiomós», que significa «reparación del derecho, de lo justo». Era un fenómeno social extendido y complejo y un proceso en el que cada fase de la venganza recibía un nombre: «hosía», «sinévgalma», «treva», «psichiko», «siaxi».

Como escribe Petros Kolonaros en su obra Costumbres de Mani, antes del establecimiento del Estado griego moderno, la justicia en la zona se administraba únicamente mediante el uso de las armas, según el derecho ancestral del más fuerte. No existía una justicia organizada e institucional y los litigios más leves entre los habitantes se sometían al juicio de respetados árbitros (ancianos).

Sin embargo, todo agravio - incluso verbal - contra una persona podía llegar a molestar a toda la estirpe a la que pertenecía. El castigo no era otro que el asesinato del culpable. Quien no se vengaba era considerado cobarde, indigno y despreciable. Por tanto, si alguien quería continuar viviendo en su tierra, debía cumplir con este intocable código de honor, preparado en todo momento a sacrificar su individualidad por el honor de su familia.

La mayoría de los asesinatos por vendetta se llevaban a cabo sin aviso, preparando una trampa. Sin embargo, antes de un acto de venganza, debía declararse pública y abiertamente la enemistad.

Otra forma de vendetta en Mani era el conflicto abierto con fusiles y cañones. Los vencidos debían exiliarse y trasladarse a vivir a otras zonas de Mani. Más de 50 pueblos fueron fundados por esta razón.

(Los textos proceden del libro Maniotas, de la serie Raíces de los griegos, de Giorgos Xapapadakos).